El Silbido Demoníaco
Cuando tenía 7 años, empecé a tener pesadillas intensas. Me despertaba cada noche empapado en sudor con mi corazón latiendo rápido y un grito en mi garganta. La mayor parte del tiempo, nunca podía recordar los sueños o lo que tanto me había asustado. Sólo recuerdo una pesadilla, que parecía ser recurrente una y otra vez. En el sueño, me encontré de pie en un pozo profundo al pie de una colina. Mi familia estaba en la cima, mirándome, pero había algo extraño en ellos, sus ojos eran negros y huecos.
Cuando miré hacia abajo, pude ver el lodo bajo mis pies hirviendo y burbujeando. Entonces, algo empezó a arrastrarse por el barro. Intenté gritar, pero por más que lo intentaba mis gritos eran ahogados, sólo salia aire de mi boca, pero no los gritos. Intenté subir la colina, pero seguía perdiendo el agarre, resbalaba una y otra vez de nuevo a la fosa. Eventualmente, sentí que mi cuerpo se ponía muy rígido y no podía moverme. Mi respiración se detuvo. Me sentí como si estuviera muriendo. Ahí fue cuando desperté. No podía mover los brazos ni las piernas. Se sentía como si algo estuviera sosteniendo todo mi cuerpo. Estaba oscuro y no podía oír nada, sólo un profundo silencio.
Entonces, escuche una respiración. No era mi respiración, era de alguien o algo más, un sonido profundo, sibilante y terrorífico. no había otro ruido a mi alrededor, excepto este silbido bestial. Mientras yacía en mi cama, mi cuerpo congelado e incapaz de moverme, vi algo acechando en la oscuridad, quedé horrorizado. Sólo puedo describirlo como un demonio.
Era una criatura sin ojos con cuernos alrededor de su cabeza como si fuera una corona, su nariz era de una sola fosa nasal, de dónde provenía el silbido, a pesar de no tener ojos pude sentir que me miraba, al mismo tiempo que mostraba una sonrisa llena de dientes afilados.
Esa cara grotesca y aterradora se quedará en mi cabeza hasta el día en que muera. Cerré los ojos y empecé a gritar. esta vez lo logré, No podía mover ni un músculo, pero podía gritar. De repente, mi madre irrumpió en mi habitación y cuando pulsó el interruptor para encender las luces, escuché que la bombilla explotó. Cuando abrí los ojos, no había nada allí. El el demonio se había ido. Mi mamá me preguntó qué me pasaba y le dije lo que había visto. Pasé varios meses durmiendo en su habitación hasta que me sentí lo suficientemente seguro para volver a mi habitación. pero Incluso hoy, tantos años después, cada vez que pienso en aquel incidente, todavía tengo escalofríos y debo tomarme un minuto para a componerme.
Yo Soy, El DoQmentalista, y esto fue: Historias De Demonios, El Silbido Demoníaco
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