domingo, 25 de marzo de 2018

Encontró un duende en su Jardín, La Mano Del Duende



La Mano Del Duende.


Debería haberme quedado dormido.


¿Alguna vez has tenido uno de esos sentimientos de que algo andaba mal? No quiero decir de día, sino de noche. Me refiero a esa repentina sensación de terror que te despierta a mitad del sueño. Es curioso, es casi como si una especie de mal nocturno emitiera algo que tu cerebro capta cuando está durmiendo. Bueno, pues tuve uno de esos sentimientos recientemente.


Me obligó a levantarme a las 3 de la madrugada, normalmente, cuando tienes esa sensación, te quedas acostado fingiendo que estás dormido, pero otra veces te haces él valiente y te atreves a dar una vuelta por la casa, ir a la cocina e inclusive asomarte por alguna ventana, para después darte cuenta de qué simplemente no hay nada, luego, inevitablemente vuelves a tu cama y te quedas dormido. Eso es lo qué debería haber hecho esta vez.


Debería haberme quedado dormido.


Aquella noche algo me despertó, comencé a sentir miedo, me senté derecho en él borde de la cama. Estuve ahí un buen rato mirando a la oscuridad, pero luego él miedo comenzó a crecer, fue cómo una lenta sensación de estrangulamiento que te presiona el pecho y te hunde en la garganta. Estaba solo en mi casa, con los ojos bien abiertos y asustado, pero sin ninguna explicación. No había ruidos extraños en la cocina, no escuchaba pasos en la azotea ni las puertas de madera crujían, ni siquiera la tubería del baño goteaba esa noche. No tenía razón para estar asustado, pero lo estaba.


Decidí hacerme él valiente y demostrarle a lo qué fuera qué estuviera ahí, qué no tenía miedo, pensé: soy perfectamente capaz de hacerle frente a cualquier fantasma o actividad paranormal, esas cosas a mi no me afectan. así es que abrí la cajonera del buró y saqué un encendedor y los cigarrillos, me levanté y me acerqué a la ventana para fumarme uno. Pero justo en él momento en qué retiré la cortina para abrir la ventana, miré hacia él patio, qué estaba iluminado por la luna de manera majestuosa.


Suspiro.


Debería haberme quedado dormido.


Afuera, dando saltos alrededor de mi jardín, había un duende. Tenía él típico trajecito con harapos qué llevan los duendes de los cuentos de hadas, pantalones cortos y zapatos flexibles. Su cara era verduzca y arrugada y su cabeza era demasiado grande para él tamaño de su cuerpo. Era sin duda lo último que hubiese imaginado ver a las tres de la mañana.


Bailaba en completo silencio haciendo un paso que sólo un loco o un niño podria entender. la manera juguetona en qué lo hacía me parecía inquietante. Observé temeroso pero con atención cómo sé paseaba por el jardín. Se movía de vez en cuando haciendo una pausa para jugar con mis herramientas de jardinería, corría velozmente y se detenía de golpe con algunas plantas para acariciarlas y susurrarles, a veces también olía las flores y luego se tumbaba en el suelo y se revolcaba en el pasto. Luego vino lo más extraño, bailó hacia un árbol que yo había plantado hacía un par de años y desapareció detrás de él, Parpadee, lo qué acababa de ver no era posible, pasó justo por detrás del árbol pero nunca salió por él otro lado, fue como si el Duende hubiera entrado por una puerta escondida en aquel árbol.


Mierda, Debería haberme quedado dormido.


Esperaba que todo fuera una especie de sueño. Pretender que no pasaba nada era más fácil que la realidad, así es qué volví a mi cama y me quedé dormido. A la mañana siguiente, cuando desperté, miré por la ventana y encontré todo en su lugar, él duende ya no estaba y de momento todo me pareció un extraño sueño, pero no fue así, por que el duende regresó.
Noche tras noche miraba como bailaba alrededor de mi patio trasero hasta qué finalmente desaparecía de manera impresionante. Una noche desapareció detrás de una maceta, sólo para reaparecer segundos después por detrás de la cortadora de césped, otras veces desaparecía entre las plantas y reaparecia en la copa de los árboles.


Pero hoy, esta noche, lo encontré con una pala, cavando un agujero en medio del patio, nunca lo había visto hacer algo así antes y cómo seguramente ustedes imaginan, mi pensamiento inmediato fue que el duende, está cavando mi tumba.


El agujero se fue haciendo más y más profundo a medida que el duende cavaba hasta que la parte superior del agujero cubrió a su cabeza. Una vez terminado, salió del agujero y se quedó inmóvil en el borde de este, cuando de pronto salvajemente giró la cabeza hacía mi.


Él corazón me latía tan fuerte qué podía sentirlo hasta en los talones. estaba a punto de cerrar la cortina cuando lo vi agacharse y arrancar una flor. sé colocó el tallo entre los dientes y plantó la pala firme en el suelo para luego voltear sonriendo y mostrarme sus asquerosos dientes, creo qué uno de ellos era de oro.


Pero como si él desgraciado me leyera la mente y supiera qué estaba casi muerto del miedo, escupió la flor y corrió hacia mí con sus pequeños piececillos hasta que se detuvo a unos cuantos metros de la ventana y nuevamente, volvió a sonreír,  señalaba el agujero y me hacía señas con las manos indicando que entrará en el, lo único que yo hacía era mirarlo lleno de terror mientras él insistia.


De pronto el duende se quedó quieto, miraba al pozo, luego a mi, luego al pozo y luego a mi una y otra vez, después comenzó a rascarse la cabeza, como confundido, entonces caminó hacia el agujero y volvió a insistir.


Se quedó ahí por un momento, pensando, hasta qué de pronto hizo un gesto, al parecer algo sé le había ocurrido.


comenzó a bailar alrededor de la pala, luego corrió hasta las flores y las olió, después se tumbó en el suelo y rodó hasta la cortadora de césped y bailó con ella, hasta qué finalmente, dando pequeños saltos, llegó hasta el árbol qué había plantado y desapareció detrás de el. Me quedé con los ojos abiertos esperando a que reapareciera detrás de la cortadora de césped o de alguna otra forma como siempre lo hacía, pero no lo hizo, por unos momentos creí que se había ido…


...pero de pronto, algo detrás de mi sujetó mis dedos, era la mano del duende.


Yo Soy, El DoQmentalista y esto fue, La Mano Del Duende

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