La Chica Del Lago
Todo comenzó durante un verano estupendo, podría decirse qué fue uno de los más bellos qué recuerdo, él clima era ideal, ni frío ni calor, ni vientos fuertes, él brillo del sol hacía qué todo lo qué fuese alcanzado por su luz, brillara mágicamente, aquella tarde parecía un pequeño momento en él paraíso.
Estabamos en una fiesta a campo abierto, él suelo estaba cubierto por un verde pasto qué al verlo, te conectaba con la naturaleza de manera casi inmediata. recuerdo también él sentimiento de paz qué sentí cuando me acerqué al borde de un pequeño lago parecido al de un campo de golf, pero este, era especial, porque era cristalino, tranquilo y desprendía un adictivo olor a hierba mojada, no sé por qué, pero parecía qué nadie además de mi, podía percatarse de la belleza de aquel lago.
comencé a caminar por la orilla dando pasos lentos y relajados, cuando una dulce voz me saludó, era una chica, detuve mi andar y volteé la mirada para regresarle él saludo junto con una sonrisa pero…
Suspiro, Dios, solo él es capaz de crear algo tan hermoso cómo aquella mujer qué estaba frente a mis ojos. Sí fue amor a primera vista, me enamoré de su voz, de sus ojos, de su piel y hasta de la forma en qué vestía. Hola, fué un hola casi sin aliento, me había quedado tan sumergido en aquella mujer, qué inclusive había olvidado respirar. ¿qué tal? ¿cómo estás?, soy Pablo…
Comenzamos a platicar, la conexión fue inmediata, éramos cómo dos personas qué se conocían desde hacía tiempo, parecía qué estabamos hechos él uno para él otro, ella reía con cada cosa qué yo contaba y yo me sorprendía de lo parecidas qué eran nuestras vidas.
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